Esa niña de pelo rizo y rubio que cuando salgo a la finca la veo trotar, saltar por encima de las piedras y sobre todo hacer caso omiso cuando mama la llama.
Cuando tiene que ser princesa sabe ser la mejor, ahora, si toca ser guerrera no hay quien le gane.
Si, por eso decidí que fuera una mariposa; bella como una princesa con delicadas pinturas de guerra.
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